A lo largo del viaje aprendí a sonreír más y descubrí que soy crespo, desde diciembre 2015 no me he cortado el pelo. Gracias a Silvia por darme la idea de tomarme una foto en cada ciudad.

25 diciembre a 25 de septiembre: 10 meses, 10 países, 10 aprendizajes

juandavid
5 min readSep 26, 2016

En los últimos meses dejé de escribir en el blog, mi última entrada fue justo cuando llegué a Europa. Volví con un título de bloggero barato, probablemente eso sea yo, me faltó poner “la número 7 no la podrás creer”, pero sólo hasta hoy volví a tener ganas de escribir.

En los últimos meses he estado más enfocado en otras cosas. Cuando estuve en el sudeste asiático, me sentía más inspirado a contar las cosas que veía y cómo me sentía, hasta le mandé una carta abierta a mis padres. En todo caso, estos últimos tres meses me han ayudado a sintetizar lo que he aprendido y hoy (25 de septiembre) caí en cuenta que llevo 10 meses fuera de Colombia, pasado por 10 países y eso me da para sintetizar 10 aprendizajes. El diez es una cifra que me gusta para hacer listas.

Pensar en todo lo que ha pasado desde que tomé ese avión Bogotá-Madrid, donde pasé por España, Alemania, Grecia, China, Vietnam, Laos, Camboya, Tailandia, Italia y Rumania; me traen excelentes recuerdos y experiencias que me ayudaron a crecer como persona.

Hasta hoy han sido más de 275 días fuera de casa, en 31 ciudades diferentes y 10 países, según Polar Steps son 42.663 km. Para mí el concepto de hogar se volvió plural. En últimas, la casa no es un lugar físico donde uno nació y está acompañado de las personas que uno quiere. Ahora el sentimiento de estar a gusto como en casa se relaciona con la comida, la gente y el clima donde me siento más feliz.

Mi casa en los primeros 25 años de mi vida fue Bogotá. Actualmente puedo decir que Luang Prabang (Laos), Bangkok (Tailandia), Madrid (España) y Catania (Italia) hacen parte de ese conjunto de casas. Usualmente me presento como un nómada digital, tal como mi amigo Julián resumió perfectamente: “una persona que vive en el viaje y trabaja en su vida”. Aunque también hay un lado no tan brillante, pues se puede equiparar con una persona sin casa, sin hogar.

Cuando miro atrás veo como el costo más alto el dejar de compartir con mi familia y amigos. Sacrificar tiempo con ellos. En especial relaciones que se dejaron de construir. Pero el beneficio ha sido mayor que el costo. Pensándolo como economista, al hacer un análisis costo-beneficio ese ejercicio da réditos positivos.

¿Que si sigo siendo la misma persona? Diría que sí, me podría resumir en un Juan David versión 2.0, con muchas mejoras y sin accesorios innecesarios. Una persona más ligera, aunque más consciente. Alguien más extrovertido y a la vez más sabio. Vivir viajando ayuda a ponerse a prueba todos los días, a hacer pequeños experimentos. Reinventarse con cada cambio de ciudad.

Estar fuera de la zona de confort pone a prueba las creencias. Preguntarme qué me gusta y probar para después poder decidir. Hoy soy más curioso y cuestiono mucho. Después de llevar una libreta de apuntes éstas han sido las cosas más relevantes que he aprendido.

10 aprendizajes

  1. El valor de la independencia y tener la autonomía de decir dónde quiero estar es incalculable. Lo que yo considero ser un nuevo rico.
  2. La vida es simple, pero no sencilla. La felicidad es alinear lo que se cree con lo que se hace y cómo se vive. Ser consciente cómo se usa el tiempo libre como diría Pepe Mujica.
  3. La libertad es una condición por la cual se lucha, por lo general se encuentra en el camino más espinoso, pero llegar allá es más placentero.
  4. Viajar se puede convertir en un estilo de vida, nunca antes en la historia de la humanidad había sido tan fácil.
  5. El valor de la comunidad es grandísimo para conseguir oportunidades de trabajo o alojamiento. Hay diferentes lugares del mundo donde sé que me recibirán con las puertas abiertas.
  6. La gente es buena. Los medios de comunicación tradicionales crean miedo. El antídoto está en viajar y crear mi propia definición del “otro”, no la que me exponen.
  7. La vida es cuestión de decisiones. He viajado gracias a esas compras de tiquetes de una sola ida.
  8. La felicidad es el camino no la meta. Mensaje muy trillado, pero me di cuenta que no es llegar a una nueva ciudad, es disfrutar el trayecto.
  9. El tiempo es limitado, no quiero dejar pasar los años y tener arrepentimientos. Haber decidido conocer el mundo ha sido una de las decisiones más acertadas.
  10. Minimalismo. Menos es más. Una maleta, 12 kilos. 25 cosas.

¡Salud! 🍺

PS: Brindo también por las cosas buenas que están pasando en mi país, eso hace que las ganas de conocer cada rincón de una Colombia en paz aumente. Volveré para construir un mejor futuro.

Ya entenderán por qué en el collage de arriba empecé a sonreír más.

Escrito en Bucarest, Rumania [25SEP-2016]

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juandavid
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